Como siempre en la Argentina, sobre un tema o un problema hay varias opiniones contrapuestas. En el caso del estado de las jubilaciones están los que consideran que el Gobierno ha hecho lo
imposible por jerarquizarlas, con dos aumentos por año en sus haberes y la incorporación de centenares de miles que nunca habían aportado al pago mínimo. El argumento oficial es que no hay motivo
para ninguna queja.
Por el otro costado asoma los que advierten que la ANSeS (Administración Nacional de Seguridad Social) es un abismo negro, donde nadie puede saber con exactitud los manejos financieros de la
entidad porque no se informa sobre ello y hasta dónde llegan los socorros al Estado por los desfasajes del Tesoro Nacional. La acusación es que se juega con fuego con lo que les corresponde a los
que trabajaron y esforzaron durante décadas. El peligro es la desinformación y que los números reales quedan en la confidencialidad de cinco funcionarios.
Hace pocos días la Auditoría General de la Nación presentó un informe exhaustivo sobre el manejo del dinero del sistema jubilatorio que hace la ANSeS. Denunció -ausencia integral de gestión
financiera- y -debilidad de gestión-, calificativos graves en los escritos de cualquier auditor. Y agrega, para aumentar la preocupación: "Al no contar la ANSeS con una proyección a mediano o
largo plazo sobre la sustentabilidad del sistema, las decisiones de corto plazo no tienen mayor sustento". Da ejemplos: "Hubo dos canjes de bonos con bancos privados que ocasionaron un perjuicio
de más de 517 millones de pesos"".
En el medio, entre defensores y críticos, se ubican las demandas de jubilados contra la ANSES. Se trataba, a fines del año pasado, de 465.000 demandas presentadas en los rebosantes juzgados de la
Seguridad Social, sabiendo que todos los mes ingresan 10.000 demandas nuevas. Los juicios se basan en que la ANSeS sigue pagando jubilaciones por debajo de lo estipulado taxativamente por la
Corte Suprema de Justicia. El excesivo peso de los expedientes mostró, a mediados de 2011, el peligro evidente de derrumbe del edificio de un juzgado.
Pero también se escuchan otras voces y otras quejas. Provienen de aquellos que habían optado por la jubilación privada, voluntariamente y no bajo presión y que de pronto, abruptamente se vieron
sumergidos en las multitudes de quejosos usuarios del sistema oficial.
En las próximas horas será difundido un informe de la Escuela de Economía de la Universidad Católica que resume todo en un título: "El sistema previsional avanza hacia una nueva crisis".